25/05/24 - Esta semana César Vidal y Lorenzo Ramírez vuelven a Europa, pero no para hablar de la guerra de Ucrania, al menos no directamente, sino del último intento de los halcones de la cúpula de la OTAN, punta de lanza de la agenda globalista, para desestabilizar los países cuyos Gobiernos no están dispuestos a seguir la senda que se marca desde los despachos de Washington, Bruselas y Londres a la hora de determinar la relación que deben tener con Rusia en particular y con los países de fuera de la orbita atlantista en general.
En el caso de Georgia, país candidato a entrar en la UE, se intenta reeditar una revolución “de color” como la de “las rosas” del año 2003. Un país en el que los ingenieros sociales occidentales han encontrado un hueso duro de roer.
La desestabilización también llega a Eslovaquia, donde el atentado contra el primer ministro quiere ser usado para generar un enfrentamiento social, e incluso Hungría está en la diana, con un Viktor Orban que acaba de anunciar que quiere que su país redefina su relación con la OTAN, lo cual ha hecho saltar las alarmas de los estrategas del Pentágono y de la comunidad de inteligencia anglosajona.
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