Por César Vidal y Cristina Seguí.

La ley de Bienestar Animal propuesta por la ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030 de Ione Belarra recibió hace dos jueves la aprobación final del Congreso dejando fuera de la misma a los perros de caza y los toros, con la oposición de los expertos, y con la ruina de las tiendas de mascotas.

El pleno del Congreso ha aprobado una decena que se incorporan al texto tras su paso por el Senado, entre ellas, la obligación de que el propietario de un animal que se considere ilegal se autodenuncie y otra que abre el grifo de los fondos públicos para su desfalco tamizados en una nueva administración paralela que aplicará la ley animalista. Estructuras capaces de acoger mañana a los "cuadros militantes".

Tener una tortuga o un periquito convertirá a todo aquel ciudadano que los conserve en un delincuente, se implementará un sistema sanitario de ambulancias, centros veterinarios y clínicas que conformarán un sistema sanitario más digno que el que disfrutan muchas personas, y que requerirá de un aumento del gasto público.

Policías para incautar a tus animales, multas, y persecución animalista y transhumanista ordenada desde la Agenda 2030.