Con César Vidal y Cristina Seguí.

El satanismo moderno se ha enraizado completamente en el activismo político para desafiar las normas sociales y religiosas que debe destruir al ser humano.

Se articula y pasa desapercibido con una apariencia positiva para los poco letrados en los movimientos woke, y gana adeptos gracias al sentido de pertenencia que despierta. El Templo Satánico describe claramente en sus bases la promoción de la igualdad, la lucha contra el abuso infantil, la defensa del aborto y la defensa de los LGBTQ.

César Vidal y Cristina Seguí analizan estas alianzas intrigantes fraguadas entre los satanistas modernos y la comunidad LGBTQ gracias a una convergencia de intereses como la religión cristiana y la conversión del ser humano en asexual. Borrar el sexo de la identidad y convertir al hombre en una especie de TOTEM amorfo tipo Baphomet.